La bolsa es el activo más rentable para invertir a largo plazo. Tanto es así, que todos hemos visto esos gráficos donde podemos observar cómo a mayor plazo invertido, menor es la probabilidad de perder dinero en bolsa. Sin embargo, millones de inversores tienen malos rendimientos cada año. Incluso en vehículos ganadores como lo fue el fondo Magellan Fund capitaneado por Peter Lynch, que consiguió la friolera de un 29% anualizado en el período 1977-1990, se estima que la mitad de los partícipes perdieron dinero. ¿Cómo puede ser eso? Vamos a verlo.
Una de las claves de la inversión es controlarse a uno mismo, puesto que los humanos tenemos sesgos que afectan tanto a nuestra manera de ver las cosas como a nuestra forma de actuar, y en la inversión no iba a ser menos. ¿Conoces a alguna persona que solo lee o escucha aquello que confirma su versión? Pasa mucho en la política, pero con la inversión también lo experimentamos cuando inconscientemente solo leemos o escuchamos argumentos que validen nuestra tesis de inversión. A este se le llama sesgo de confirmación y nos ciega de tal manera que rechazamos atender a todo lo que nos lleve la contraria.
¿No sufres el sesgo de confirmación? De acuerdo, pero seguro que tienes otros. Uno de los más llamativos es el de la ilusión de control, en el que el inversor piensa que tiene poder sobre lo que pueda pasar en el mercado y que se relaciona con el del exceso de confianza, en el que el inversor cree que conoce todos los factores posibles que pueden afectar a su inversión y le hace creerse mucho más listo o capaz que el mercado. Y aunque lo cierto es que el mercado se equivoca en algunas ocasiones, acaba poniendo a cada uno en su lugar y te demuestra que lo peligroso no es lo que sabes que no conoces sino lo que no sabes que no conoces.
Hay muchos más tipos de sesgos que afectan a los inversores, pero hay uno que para mí es el rey de los sesgos. Estoy seguro de que conoces a alguien que lleva años en pérdidas con acciones de una empresa que nunca volverá a ser la de antes o con un plan de pensiones en el que no ha ganado dinero ni por accidente. Sin embargo, se niegan a venderlo porque eso sería admitir la pérdida de manera definitiva y quien sabe, quizás las acciones de esa empresa cuyos productos nadie demanda algún día remonten el 90% que necesitan para alcanzar de nuevo tu precio de compra… A eso se le llama sesgo del status quo, es decir, prefieren quedarse igual pese a poder optar a otras alternativas o en español “más vale malo conocido que bueno por conocer”
¿Cómo puedo solucionar eso?
La mala noticia es que es imposible ser una persona sin sesgos, esto es simplemente algo de nuestra propia naturaleza e incluso la inteligencia artificial tendrá algunos de nuestros sesgos. La buena noticia es que pese a que no se pueden eliminar todos por completo, sí que podemos luchar contra ellos.
Una manera de luchar contra nuestros instintos es conocer bien la inversión que estoy haciendo. Si de verdad se por qué estoy invirtiendo en un activo seré capaz de aguantar si este cae, si lo hace sin motivo alguno e incluso comprar más, o vender si la caída está justificada. Otra de ellas es escuchar la opinión contraria. Si compramos acciones de Microsoft debemos escuchar también la parte del mercado que piensa que la compañía no es una buena inversión, puesto que esto nos permitirá conocer los fallos de nuestros argumentos.
En definitiva, conocer estos sesgos ya te permite reducirlos, por lo que enhorabuena, este es el primer paso para ganar dinero en bolsa.
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