La semana bursátil arranca con la noticia de que la familia fundadora de Grifols y el fondo de inversión Brookfield barajan la posibilidad de lanzar una OPA sobre la compañía farmacéutica. El objetivo sería excluir a Grifols de la Bolsa de Valores tras la fuerte caída de su cotización, que supera el 40% en lo que va de año. Tras la suspensión inicial de cotización decretada por la CNMV, las acciones de Grifols experimentaron un repunte de alrededor del 20% en el Ibex, aunque luego perdió los 10 euros por cotización.
La cautela se apodera de los inversores en un contexto marcado por la indefinición en varios frentes: político, económico y geopolítico. El Ibex se encuentra en un rango de cotización estrecho, por encima de los 11.000 puntos, sin una dirección clara y pendiente de noticias relevantes. La Bolsa española se ve afectada por la falta de movimientos significativos en la Bolsa de París tras las elecciones francesas. Los bancos lideran el repunte del sector financiero. Solaria, Repsol e Iberdrola se ven rezagadas en el Ibex, empresas relacionadas con la energía coincidiendo con la pausa en la escalada del precio del petróleo.
El oro pierde atractivo ante la menor volatilidad en los mercados, cayendo por debajo de los 2.400 dólares la onza. El precio del barril de Brent retrocede a los 86 dólares y el West Texas se sitúa por debajo de los 83 dólares, debido a la esperanza de una posible distensión en las tensiones geopolíticas de Oriente Medio. La criptomoneda revierte las pérdidas de las últimas jornadas y experimenta un repunte, pasando de 55.000 a 57.000 dólares.
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