“No busques una aguja en el pajar, compra el pajar”. Con esa frase, John Bogle, el padre de la inversión pasiva, describe la forma de concebir la inversión que le ha acompañado toda su vida. Si ya de por sí resulta tremendamente complicado estimar cómo pueden comportarse las bolsas en los próximos años, adivinar en qué país y sector nacerá el próximo Inditex, Apple o Amazon se antoja directamente imposible. Por ello, a diferencia de la gestión activa, donde bien el propio inversor o bien los gestores de un fondo analizan las compañías una a una para decidir la viabilidad o no de un inversión, la gestión pasiva se centra en replicar el comportamiento de un índice bursátil, un sector económico o simplemente seguir la última temática de moda. Esto se hace a través de un vehículo de inversión cada vez más popular, como son los llamados ETFs (exchange traded funds por sus siglas en inglés) o fondos cotizados. Visto lo visto, ¿merece todavía la pena el esfuerzo de rastrear el mercado en busca de las mejores acciones para invertir?
Comience a invertir hoy o pruebe una demo gratuitamente
Hazte Cliente PRUEBE UNA DEMO Descarga la app móvil Descarga la app móvilPara cada vez más inversores la respuesta parece clara: no. O al menos eso es lo que dicen los datos. Y es que, según las últimas informaciones del banco francés Societé Genérale se espera que a lo largo de este mes de abril el volumen de activos netos bajo gestión pasiva en Europa supere a los de gestión activa por primera vez en la historia. Este hecho viene a confirmar una tendencia iniciada hace ya varios años, pero acelerada en los últimos trimestres.
Dardos, monos y estudiantes
Para entender cómo hemos llegado a esta situación es necesario echar la vista atrás. Las dudas acerca de si los gestores de fondos aportan realmente valor con su labor de elección de empresas se remontan hasta los años setenta. En esa década el profesor Burton G. Malkiel publicó el famoso libro “Un paseo aleatorio en Wall Street”, donde argumentaba que los movimientos de las acciones son aleatorios y que, por ende, es imposible predecir su comportamiento futuro. Años más tarde, el Wall Street Journal decidió recoger el testigo de Malkiel y realizó un experimento donde un chimpancé lanzaba dardos de forma aleatoria a una lista de compañías que, en ese año, lograron una rentabilidad superior a la del 85% de los gestores de Wall Street.
Los experimentos sobre elecciones aleatorias y su comparativa con profesionales del mundo de la inversión no son exclusivos de Estados Unidos. En nuestro país, el profesor Pablo Fernández comparó durante diez años la rentabilidad que obtuvieron 248 alumnos de entre 6 y 17 años del colegio Retamar de Madrid con la rentabilidad de los fondos de inversión de renta variable española en el mismo periodo. El resultado mostró que la rentabilidad media de los alumnos fue del 105% frente a un 71% lograda por los fondos de inversión.
¿Significa eso que tengo que despedir a mi gestor de fondos?
Ante estos datos, los argumentos a favor de la gestión pasiva que ya han convencido a millones de inversores resultan abrumadores, pero… ¿Es realmente tan bueno como parece? ¿Debería seguir pagando al gestor de mi fondo?
Como nos recordaba Pau Donés, depende.
En primer lugar, conviene antes de nada hacer el ejercicio de “igualar” las reglas del juego para fondos e índices comparables. Los fondos incurren en costes derivados de la inversión que un índice, al ser teórico, no soporta. Por otro lado, es necesario que mantengan un porcentaje de liquidez a fin de poder hacer frente a las posibles retiradas de clientes, algo que indudablemente lastra sus resultados en mercados alcistas. Por último y quizás más importante, el pagar a un gestor de fondos permite dejar en manos de un profesional la toma de decisiones, especialmente en momentos de crisis donde más tiemblan las manos a la hora de elegir qué hacer con nuestro dinero. Es por ello que, quizás, ver el resultado histórico de un ETF con sus subidas, pero también con sus bajadas, y asumir que hubiésemos aguantado a capa y espada sin tomar malas decisiones puede ser poco realista.
Además, conviene recordar que afortunadamente existen ejemplos de gestores brillantes que han logrado batir al mercado durante largos periodos de tiempo. Warren Buffett es sin duda el más conocido, pero no hay que olvidar que también contamos con notables ejemplos en nuestro país como son Álvaro Guzmán, Francisco Paramés o Iván Martín entre otros.
Siguiendo al rebaño
Pese a todo ello, el auge de la gestión pasiva parece imparable. El dinero sigue saliendo de fondos de gestión activa para recalar cada vez más en vehículos como los ETFs. Basta con darse un paseo por las principales cotizadas para encontrar nombres como BlackRock, Vanguard o State Street entre la lista de sus principales accionistas. Este cambio de paradigma amenaza con cambiar el mundo de la inversión como lo conocemos
Gráfico acumulativo de flujos de capitales entre gestión activa y pasiva. Fuente: Morningstar
La concentración de inversión en ETFs y, especialmente, aquellos que replican índices bursátiles, está empezando a generar los primeros desequilibrios en los mercados financieros. Invertir ciegamente en los ETFs de moda está provocando que el dinero de los inversores muchas veces acabe siempre en las mismas compañías. Sin ir más lejos, sólo el 1% de las compañías del S&P 500 concentra el 20% de la capitalización del índice. Es evidente que, cada vez más, aquellas empresas que logren posicionarse en los ETFs de moda lograrán un viento de cola que, a buen seguro, impulsará sus cotizaciones. Por el contrario, aquellas que pasan más desapercibidas corren el riesgo de ser directamente olvidadas por la mayor parte de los inversores y que, con ello, su cotización diaria empiece a no reflejar fielmente la realidad de la empresa. Este hecho es algo que puede aprovecharse por gestores o inversores avezados que sepan ver lo que otros no ven para obtener beneficios. Paradójicamente, podría ocurrir que la tendencia creciente de dejar de comprar acciones pueda ser precisamente lo que salve la inversión en acciones.
*Javier Urones es Head of Sales de XTB España.
"Este informe se proporciona sólo con fines de información general y con fines educativos. Cualquier opinión, análisis, precio u otro contenido no constituyen asesoramiento de inversión o recomendación en entendimiento de la ley de Belice. El rendimiento en el pasado no indica necesariamente los resultados futuros, y cualquier persona que actúe sobre esta información lo hace bajo su propio riesgo. XTB no aceptará responsabilidad por ninguna pérdida o daño, incluida, sin limitación, cualquier pérdida de beneficio, que pueda surgir directa o indirectamente del uso o la confianza de dicha información. Los contratos por diferencias (""CFDs"") son productos con apalancamiento y acarrean un alto nivel de riesgo. Asegúrese de comprender los riesgos asociados. "