¿Qué es el carry trade?
Si ponemos un ejemplo, observamos que la divisa A tiene un tipo de interés de un 1% mientras que la divisa B cuenta con un interés del 5%. En este escenario, los inversores pedirán prestada una cantidad X de la divisa A al tiempo que colocan ese capital recibido en la divisa B obteniendo un rendimiento del 5%. En una situación perfecta en la que no existe movimiento de los tipos de cambio, el inversor obtendrá el rendimiento de la divisa B (5%) menos el coste de pedir prestado la divisa A (1%). El rendimiento de la operación será, por tanto, producto de la diferencia de los tipos de interés de ambas divisas, es decir, un 4%. (5%-1%).
Esta técnica explica, en parte, los movimientos existentes en los mercados a favor de una divisa cuando ésta experimenta movimientos al alza en los tipos de interés. Del mismo modo, explica como una divisa sufre en el momento en el que sus tasas oficiales de interés son sujetas a una revisión a la baja. Los inversores se mueven en favor de las divisas de altos tipos de interés en detrimento de aquellas que cuentan con menores tasas.
No obstante, esta técnica conlleva un importante riesgo. El inversor está sujeto, durante toda la vida de la operación a las fluctuaciones de los tipos de cambio que hay entre la divisa A y la divisa B. Si la divisa que he comprado sufre una caída por cualquier razón (retroceso del PIB de la economía, incremento del desempleo en ese país, inflación...etc) puede que el rendimiento positivo de los tipos de interés no compense la caída del valor de la divisa en el momento de cerrar la operación.
¿El carry trade se cumple en todos los casos?
Desafortunadamente, no siempre debemos fijarnos en los rendimientos de las divisas a la hora de tomar posiciones. Por ejemplo, observamos como el real brasileño tiene unos rendimientos anuales de entre el 11 y el 12% mientras que el euro no pasa del 1%. Esto no quiere decir que lo correcto sea pedir un préstamo en euros al 1% y colocarlos al 11% en reales brasileños. Generalmente, divisas de países emergentes tienen tipos de interés tan altos precisamente para combatir la inflación y el deterioro de valor de su propia divisa. Por tanto, es probable que si colocamos nuestro capital en reales, el riesgo incurrido y la posible caída del tipo de cambio no compense el diferencial de rentabilidad a nuestro favor.
Otro claro ejemplo es el carry trade entre el euro y el rublo ruso en el periodo de 2013-2014. A pesar de que el rendimiento del rublo era mucho mayor que el del euro durante este periodo (7% al año de media), a finales de 2014 el rublo había perdido la mitad de su valor desde el principio.
Lo ideal, en el caso del carry trade es comparar divisas de economías parecidas, a poder ser punteras, y sobre todo divisas sin importantes riesgos de desplome y cuyas economías cuentan con niveles de inflación razonablemente parecidos.
En la actualidad, los mejores ejemplos de funcionamiento de carry trade son las posiciones compradas de USD frente a las vendidas de CHF, EUR, GBP y JPY.
¿Cómo puedo aplicar el carry trade en mi operativa en forex?
Para los inversores minoristas del mercado forex, la aplicación práctica de esta técnica consiste en buscar los cruces de divisas que cuenten con la moneda que cuenta con mayor tipo de interés y con menor tipo de interés. Es decir, intentaremos posicionarnos en un cruce que tenga el mayor diferencial posible, comprando la divisa con tipos de interés más altos y posicionándonos a la baja de la divisa con tipos de interés más bajos. Esto se traducirá no solo en la búsqueda de incrementos en el tipo de cambio que favorezca a la divisa comprada (divisa de interés alto) sino que también nos veremos beneficiados por el swap diario con el que cuenta el cruce. El swap diario es igual al tipo de la divisa comprada menos el tipo de la divisa vendida, ajustado a los días de la posición. Cuanto mayor sea el diferencial entre las dos divisas del cruce, mayor será la cantidad de dinero recibida diariamente en concepto de swap.
Tal y como hemos señalado más arriba, el mayor riesgo al que se enfrentan los usuarios de esta técnica es la variación que puedan tener los tipos de cambio en su contra durante la duración de la operación. Lo más habitual es que una divisa de altos tipos de interés se comporte mejor que una que los tienen menores. Esta regla, lejos de cumplirse siempre, es una directriz que siguen los inversores pero que obliga a la vez tener en cuenta, desde el punto de vista fundamental y técnico las expectativas que pueden tener las diferentes divisas para que minimizar el riesgo de nuestra operativa.
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