Llega el día más importante del año en los mercados financieros: las elecciones de Estados Unidos. Kamala Harris, candidata del Partido Demócrata, y Donald Trump, candidato del Partido Republicano, disputan las elecciones presidenciales más ajustadas que se han visto en las últimas décadas y la incertidumbre es máxima. Los estados bisagra, conocidos como ‘swing states’ o estados clave, marcarán la diferencia entre rojos y azules en una jornada en la que también habrá que estar pendientes de los partidos minoritarios (el Partido Verde y el Partido Libertario) y los candidatos independientes (Cornel West), que podrían llegar a tener un fuerte impacto en los resultados a juzgar por las encuestas.
Y es que las encuestas apenas arrojan diferencias de voto entre uno y otro candidato. En el promedio de los sondeos de voto popular, los resultados apuntan a una ligera ventaja a favor de Kamala Harris. Tanto los datos recopilados por The New York Times como por ABC News a través de su portal FiveThirtyEight apuntan a que la candidata demócrata ha adelantado a su rival, aunque por la mínima: según The New York Times, la distancia entre ambos es de un 1%, mientras que FiveThirtyEight apuntan a una diferencia del 1,2%. Unos porcentajes, en ambos casos, ínfimos que ponen de manifiesto la polaridad de esta carrera presidencial y que en ningún caso parecen ser suficientes para anunciar la posible victoria de la demócrata. Al contrario, y dado el sistema electoral de Estados Unidos, en el que el ganador no se elige por número de votos, sino por por los delegados electorales que cada candidato consiga en el Colegio Electoral, la balanza podría inclinarse a favor del candidato republicano. De hecho, no sería la primera vez en la que el candidato republicano desafía a las encuestas: en 2016, un día antes de de su victoria electoral, Donald Trump apenas contaba con el 15% de probabilidad de ganar las elecciones según los sondeos, por lo que la historia podría repetirse en este 2024.
Trump vs Harris: las propuesta de cada candidato
La campaña presidencial de Estados Unidos de este 2024 ha estado marcada por dos intentos de asesinato, un cambio de candidato, muchos reproches entre ambos candidatos, y advertencias sobre el destino de la democracia. Y eso puede haber sido solo el comienzo. En 2020, se necesitaron cuatro días para declarar la victoria de Biden, y en esta ocasión Trump no ha ocultado el plan de su partido de presentar recursos legales en caso de que Harris sea la vencedora.
Trump aspira a volver al poder con la esperanza de sacar provecho de las encuestas que muestran que los estadounidenses confían más en su gestión de la economía que en la de Harris. Las subidas en el alto coste de vida de los ciudadanos ha sido uno de los principales puntos de debate. Además, ha prometido tomar medidas contra la inmigración, prometiendo deportar a millones de inmigrantes indocumentados y recortar los impuestos.
La vicepresidenta Kamala Harris busca convertirse en la primera mujer en liderar Estados Unidos. Calificó a su rival de amenaza a la democracia y ha prometido reducir los precios de la vivienda y de la atención médica. Para los mercados, está vista como la candidata perfecta para Europa e incluso China.
Los estados clave, decisivos según las encuestas
En la mayoría de los lugares, hay pocas dudas sobre si la demócrata Kamala Harris o el republicano Donald Trump ganarán los votos del Colegio Electoral del estado, incluso antes de que abran las urnas. A medida que el electorado estadounidense se ha polarizado más, el número de estados verdaderamente indecisos se ha reducido a sólo un puñado en los que hay alguna duda sobre el resultado de la carrera presidencial. Así, las encuestas apuntan a que Kamala Harris contaría con 226 votos en el Colegio Electoral, procedentes de los estados en los que se espera que la candidata demócrata gane, mientras que Trump sumaría 219 votos de los estados favorables al partido republicano. El mínimo del Colegio Electoral para ser nombrado presidente es de 270 votos. Por eso, las campañas de Harris y Trump están dedicando la mayor parte de su tiempo y dinero a solo un pequeño número de estados donde la carrera es realmente competitiva: los llamados estados bisagra o clave, que marcarán la diferencia entre azul y rojo.
En estos momentos podemos decir que hay siete estados clave para las elecciones de este año: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. La cifra es inferior a las elecciones de 2020, donde había 10 estados clave en la carrera electoral, y a las de 2016, donde había 12 enclaves de gran relevancia para poder alcanzar la ansiada presidencia, lo que aumenta las dudas alrededor de las elecciones.
En estos estados clave, Trump mantiene una ligera ventaja en Arizona (de 2,1 puntos), Georgia (0,7), Carolina del Norte (0,9) y Nevada (0,3), que reparten 49 electores. Por su parte, Harris lidera en los tres estados restantes: Wisconsin (1), Michigan (1) y Pensilvania (0,2), que le otorgan 44 electores. Si los pronósticos se cumplen y Kamala Harris se hace con la victoria en los estados en los que se espera que venza el azul, la candidata demócrata conseguiría hacerse con la presidencia, aunque por la mínima. En total, contaría justo con 270 votos en el Colegio Electoral, los mínimos necesarios para ser nombrado presidente. Trump, por su parte, contaría con 268, por lo que se quedaría a dos de la Casa Blanca. Aun así, nada está decidido y los resultados podrían cambiar a medida que avance el conteo de urnas.
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