Caídas históricas en las bolsas mundiales, a medida que aumentan las preocupaciones sobre la posibilidad de una recesión a nivel mundial. La volatilidad se ha disparado a niveles no vistos desde la pandemia, a medida que crecen las preocupaciones sobre la economía estadounidense y algunas de las principales empresas tecnológicas no han logrado cumplir con las expectativas, siendo los avances en la inteligencia artificial objeto de debate.
El inicio de la jornada en Europa ya venía marcada por las caídas en Asia. El Topix de Japón ha cerrado la sesión con una caída del 12,2%, borrando todas las subidas del año. El Nikkei, principal índice del país, ha sufrido su mayor caída diaria de la historia, bajando más de 4.450 puntos y superando los 3.836 perdidos el “Lunes Negro” de octubre de 1987. La subida del yen ante la decisión del BoJ de subir los tipos, está lastrando a las grandes compañías tecnológicas y exportadoras del país. Además las estrategias de carry trade son también claves para entender la venta masiva de hoy. Desde la semana pasada se ha acabado el pedir dinero gratis en yenes y beneficiarse de la debilidad de la divisa, invirtiendo en otros activos.
En Europa, los principales selectivos cierran el día bajando entre el 2% y el 3%. En España durante algunos momentos de la jornada el selectivo nacional ha llegado a caer más del 3% aunque poco a poco ha conseguido ir recuperando, a pesar de ello todos los valores del índice han cerrado en negativo. Llama la atención que la banca tenga en términos generales un comportamiento superior al resto de sectores. En estos momentos se esperan mayores recortes de tipos por parte de la FED que del BCE, lo cual deja en mejor posición a las entidades financieras del Viejo Continente que sus homólogos americanos.
En Wall Street, el sector tecnológico ha sido el principal damnificado de la sesión, de hecho el Nasdaq se encamina a su peor inicio mensual desde 2002. Las grandes compañías del sector, los siete magníficos, acumulaban caídas superiores al 9% al inicio de la jornada aunque poco a poco han conseguido ir recuperando. Los malos datos de empleo de la semana pasada, han generado un gran pesimismo en los inversores. Una de las principales razones de las caídas de hoy son las críticas sobre la decisión de la FED de mantener los tipos sin cambios hasta su próxima reunión en el mes de septiembre. El mercado ya descuenta que habrá un recorte de 50 puntos básicos a la vuelta del verano con el fin de salvar la economía, aumentando incluso sus apuestas sobre un recorte de los tipos de interés entre reuniones, algo extremadamente raro, y que en los últimos años sólo ha ocurrido como emergencia en el COVID.
Dentro de otros mercados, los bonos del tesoro están siendo los grandes beneficiados de la sesión. La combinación de futuros recortes de tipos y la incertidumbre económica, se convierten en dos catalizadores perfectos para impulsar su precio. El oro sin embargo, no se libra de las caídas del mercado. Parece que la alta liquidación debido a los margin calls, está forzando a los inversores a vender el activo refugio por excelencia para compensar pérdidas en acciones. Las materias primas energéticas sufren también ante los riesgos de desaceleración y un menor consumo, y el petróleo cae hasta los 75 dólares el barril.
En divisas hemos visto una fuerte debilidad en el dólar, que en otros momentos se ha convertido en refugio de los inversores y en este caso las subidas podemos encontrarlas en el yen y el franco suizo. El miedo a una recesión en EEUU y las previsiones de bajadas de tipos mucho más agresivas por parte de la Fed afianzan la cotización del euro por encima de los 1,09 dólares.
Mañana es una jornda con escasas referencias macroeconómicas y pocos resultados empresariales, aunque dada la época del año en la que nos encontramos y el menor volumen de negociación cualquier evento puede provocar un incremento de volatilidad.
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